Una inteligencia digital
La transformación digital es un fenómeno global que está cambiando la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En Castilla y León, como en cualquier otra parte del mundo, es importante abrazar esta transformación para asegurar un futuro próspero y sostenible.
En primer lugar, la transformación digital puede mejorar la eficiencia y la productividad en el lugar de trabajo. Las tecnologías digitales pueden automatizar tareas repetitivas y mejorar la colaboración entre los empleados, lo que puede aumentar la eficiencia y reducir los costos. Además, también pueden mejorar la toma de decisiones al proporcionar una mayor cantidad y calidad de información.
Para. No sigas leyendo. Detente un momento. Quien hasta ahora escribía no era un humano, sino una inteligencia artificial. Ahora comienza mi voz y esta quiere parecer más humana aún que aquella que sale perfectamente tejida, aséptica, impoluta, al pedir al ChatGPT lo siguiente: “Quiero escribir un artículo de opinión sobre la importancia de la transformación digital en Castilla y León”. El ChatGPT (chat.openai.com/) es quizá la más popular de las aplicaciones que emplean la inteligencia artificial para asombrar al mundo. Es además el último ejemplo de la aceleración en la adopción tecnológica: si el teléfono fijo tardó 75 años en alcanzar los 100 millones de usuarios, el móvil 16 años, Internet 7 años, Facebook 4,5 años o Instagram 2,5 años, ChatGPT ha consumido solo 2 meses para alcanzar esa cifra. ChatGPT es un prototipo de chatbot de inteligencia artificial especializado en el diálogo, desarrollado en 2022 por OpenAI. El chatbot es un modelo de lenguaje ajustado con técnicas de aprendizaje tanto supervisadas como de refuerzo, lo cual implica el empleo de personas para el entrenamiento de esta IA.
El texto completo generado ante mi petición continuaba apuntando cuestiones como que la transformación digital puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, a través de la mejora de los servicios públicos o de la educación. Al mismo tiempo, apunta desafíos como las brechas digitales o la pérdida de empleo derivada de la automatización de tareas.
Todo impecable. Un texto que cualquiera podría firmar, tan lleno de consensos como de lugares comunes. Tan falto de personalidad como indistinguible de tantos otros textos que llenan informes oficiales o noticias en prensa. Sin duda, está fuera de lugar que la IA avecina cambios insospechados en múltiples campos, por ejemplo: herramientas para el diseño (como Stockimg.ai), edición de imágenes (clipdrop.co), buscadores basados en IA (Perplexity.ai), asistentes personales para la toma de decisiones (rationale.jina.ai) u otras aplicaciones basadas en el propio ChatGPT, como por ejemplo, la posibilidad de obtener resúmenes en texto de vídeos de Youtube (bit.ly/3QhismB). El ámbito de posibilidades solo cuenta con el límite de la imaginación, si bien nada de ello está exento de limitaciones, tales como los sesgos o las inexactitudes en los resultados que se ofrecen.
Las implicaciones económicas de todo esto son incalculables en este momento. Como ha ocurrido con otras tecnologías digitales, ha llegado el momento de democratizar los usos de la IA y ello implica la tentación de comenzar a enfrentar a los sistemas a preguntas y peticiones que hasta ahora hemos desarrollado los humanos en nuestro día a día. Los resultados son muchas veces notables pero otras tantas insatisfactorios, faltos de aristas, de profundidad, de intuiciones. Quizá esta evaluación inicial nos indique por donde debemos explorar el empleo de la IA. En la mayoría de los casos, sirven como un punto de partidas a partir del cual modular, desarrollar, construir una visión y una propuesta personal, genuina, filtrada por la experiencia y el criterio profesional. Así la IA nos aportará mucho pero no nos lo dará todo. Es más, haciendo aquello que de alguna manera recoge el consenso en la literatura, la IA nos obliga a ir mucho más allá, a elaborar sobre lo que naturalmente sería nuestra primera respuesta. Ello conlleva un ahorro de tiempo pero sin duda una exigencia mucho mayor.
En Redigital (redigital.economistas.es), el Registro de Economía y Transformación Digital del Consejo General de Economistas, trabajamos para abordar estos y otros retos de la economía y de las personas que se dedican a esta labor. Justamente con la irrupción de estas nuevas aplicaciones, hemos creado un grupo especial de IA al que os invitamos a participar. Buscamos el lado más humano de la IA a través de compartir conocimientos y experiencias, hacer networking y promover el desarrollo profesional, reconociendo las nuevas oportunidades de liderazgo que se nos abren bajo el nuevo paradigma tecnológico.
Finalizo sobre seguro, con la última frase del texto que me regaló el ChatGPT: “La clave está en abrazar la transformación digital de manera responsable y equilibrada, para aprovechar sus oportunidades mientras se minimizan sus riesgos.”
Es momento para explorar y experimentar.
Esteban Romero Frías
Presidente de Redigital - Registro de Economía y Transformación Digital del Consejo General de Economistas
15/02/2023